sábado, 27 de abril de 2019

No fue el 14 de agosto de 1865 que llega por primera vez un tren a Brandsen sino el 9.


No fue el 14 de agosto de 1865 que llega por primera vez un tren a Brandsen sino el 9.

Es que nunca se termina el trabajo de búsqueda para perfeccionar el conocimiento de la historia y de eso se trata esta crónica. Revisado el material sobre el ferrocarril que uno ve casi a diario o cada tanto, siempre se descubren situaciones o datos que, creídas conocidas, resultan que no. Aparece un numero o palabra que dejan al investigador perplejo y preguntándose: ¿cómo no lo vi? Y eso que, para redactar una pequeña línea de carácter histórico, el material que fundamenta un escrito es constantemente releído.
¡Vasta de retórica y vamos al caso que nos convoca! Como podrá distinguir, por lo señalado, el lector supondrá que se trata del ferrocarril ¿Pero en que aspecto? Y la respuesta es otra pregunta: ¿Cuándo el ferrocarril cruzo el territorio de Brandsen por primera vez? La respuesta es un tanto compleja pero ahora estamos en condiciones de poner cierta claridad a un tema que parecía al ojo avezado un poco engorroso.
Tenemos por admitido que la línea férrea de la empresa del Ferrocarril del Sud, fundadora del ferrocarril de Plaza Constitución a Chascomús y luego a Mar del Plata, se había abierto al servicio el 14 de agosto de 1865. Pues bien, lamento informar que eso resulta no ser cierto.
Primera locomotora y vagón de pasajeros del FC Sud (1865)
(Rogind: Historia del FCS (Bs.As..1937)
Resulta que el dato es tomado por los historiadores del libro Historia del Ferrocarril del Sud, un libro extraordinario redactado por el empleado y directivo del Sud, William Rögind, a partir de datos y recopilaciones realizadas entre 1903 y 1935 con material recopilado de las oficinas de la misma empresa. El libro fue financiado en su edición por la empresa, y vio la luz dos años después del fallecimiento de Rögind, en 1937.
La página 23 del Rögind, como es conocido el texto por los investigadores de la materia, indica que (sic) “…fue posible inaugurar la primera sección, hasta Jeppener (77 Kilómetros) el día 14 de Agosto de 1865,…” Creo no haber leido una objeción a esta afirmación. Es que el Rögind es tomado como la “Biblia” de los ferrofilos, pero este texto de gran importancia adolece de fundamentación documental que pueda contrartarse con otros datos, vale decir, carece de bibliografía y referencia que lo sustenten. Y es asi que, aparecido en un texto oficial con una indicación distinta y realizada la correspondiente busqueda de datos, puede tirarse por tierra la afirmación de la pagina 23 del Rögind, o por lo menos ajustarla a una realidad mas tangible.
Resulta ser que en los textos editados por el antiguo Ministerio de Obras Públicas titulado “Estadísticas de los ferrocarriles en explotación”, una serie de libros publicados anualmente desde el inicio de los ferrocarriles hasta el año 1948, puede leerse en la tabla que lleva por título “Nómina de las líneas en explotación”, en la columna 8 y 9 bajo el rotulo “Apertura de la línea al servicio público”; “Decreto” - “Apertura efectiva”, lo siguiente: (sic) “9 Dic. 1865”. Leído esto, ese es el instante donde “se queman los papeles”. Primero entramos en pánico revolviendo desordenadamente el archivo personal y luego de encontrar el material necesario leemos y volvemos a leer y revisar todo lo escrito para buscar la respuesta, Para luego de transcurrir unas buenas horas de angustia, aparece algo que nos permite ensayar la hipótesis para iniciar la investigación que nos llevará a la “tesis”. La investigación es así, plagada de momentos desafortunados.
Luego de una vueltita por el “Centro de estudios históricos ferroviarios” para realizar una más profunda investigación que contribuya a explicar el tema de las fechas, y luego de perder todo un día de trabajo para convencernos de lo que tenemos en las manos y a la vista, es que podemos afirmar que efectivamente Rögind puede ser que tuviera razón, pero a medias. Veamos:
Conocemos que la construcción de la línea férrea e infraestructura se realizó a partir del transporte de materiales en carretas, ya que las locomotoras y vagones encargadas a Gran Bretaña no llegaron hasta el 9 de agosto de 1865, y de las ocho locomotoras solo fueron tres. Al día siguiente (10 de agosto) la empresa informa en una publicación aparecida en el diario El Nacional que “…Deseando satisfacer la ansiedad manifestada por el público, sin entorpecer la pronta construcción del Ferrocarril del Sud, se ha tomado medida para la conducción de pasajeros y carga por los trenes que llevan materiales para la línea. Este servicio comenzará el día Lunes 14 del corriente mes, será diario…” En esta decisión el Ferrocarril Sud preveía el inicio de todos sus servicios, vale decir, locales o suburbanos y de larga distancia, aprovechando los trenes para el transporte. Ahora bien, esta medida no era oficial ya que faltaba el informe de los inspectores para dar lo que hoy denominamos el “final de obra” para luego redactados los informes técnicos proceder a que el gobierno autorice mediante decreto, la apertura oficial de la línea. Y faltando esta parte del proceso no podemos considerar que la línea fue abierta al servicio el 14 de agosto de 1865, pero si se puede afirmar que el tren llego a Brandsen y a Jeppener esa fecha, como también antes. Esto es, la empresa informo que a partir del 14 de agosto se ponían en funcionamiento los trenes, pero es seguro que entre la fecha de desembarco de las locomotoras (9 de agosto) y el 14, algún tren llegó transportando materiales y asentando los rieles.
Por fin, el 9 de diciembre el gobierno decreta la apertura de la línea. Con este decreto la línea férrea comienza a funcionar oficialmente ese mismo día, aunque el decreto es regularizado el día 10. Por último, el día 14 de diciembre de 1865 se habilita el sector entre las estaciones Facio (hoy Altamirano) y Chascomús. Y la inauguración oficial de la línea se produce con todas las pompas necesarias el día 18 de diciembre de 1865.      

sábado, 20 de abril de 2019

Brandsen. La ciudad sin fecha de fundación


El próximo 22 de junio la ciudad de Brandsen cumpleaños

El partido de Brandsen, entre tantas curiosidades, cuenta con ser el único partido al menos fehacientemente de la provincia de Buenos Aires, que su pueblo o ciudad cabecera no tiene fecha de fundación.
Si aplicamos la misma observación dentro de los límites del distrito sucede la misma curiosidad. Se considera que Jeppener fue fundado el 14 de agosto de 1865, Altamirano el 14 de diciembre de 1865, Gómez el 1 de julio de 1883, Oliden el 14 de diciembre de 1914, el Partido de Brandsen el 21 de octubre de 1875. ¿Y la ciudad de Brandsen…?  
Esta observación respecto a la carencia de fecha fundacional de la ciudad de Brandsen fue elevada en varias oportunidades a las autoridades municipales y provinciales, sin resultados. Nunca contestaron ni se interesaron en resolver el asunto.
En la última de las tres notas que dirigí al respecto al Honorable Concejo Deliberante de Brandsen solicitando se establezca como fecha de fundación de la ciudad de Brandsen el 22 de junio de 1876, día, mes y año en que el Departamento de Ingenieros de la Provincia aprueba con observaciones el plano del proyecto del “Pueblo Brandzen”, ordenado elaborar por quien fuera su fundador Pedro José Ferrari, para ser ubicada la capital del partido creado el 21 de octubre del año anterior. Esta nota, en la que adhieren también algunos vecinos y entre ellos el historiador Guillermo Díaz, con el cual coincidimos en criterio según las fuentes documentales conocidas.
Y el tiempo pasa. Y hoy nos encuentra con el futuro centésimo cuadragésimo aniversario de la fundación de nuestra ciudad cabecera de partido sin fecha fundacional y sin nada para celebrar o conmemorar, donde partido y ciudad se confunden en fecha y acontecimientos históricos que se mezclan distorsionando los hechos positivos y confundiendo a las personas que dieron origen a nuestra comunidad y patria chica.
                                                       
El proyecto de Kuhr del "Pueblo Brandzen" pedido por Pedro Ferrari
Porqué el 22 de junio de 1876

Mientras comenzaba la organización de la administración municipal Pedro José Ferrari, encargó a su costo al agrimensor Julio Serna la confección de un plano de pueblo en parte de sus tierras. Dos días después de creado el Partido y dos antes de su nombramiento como juez de paz provisorio, 23 de octubre; Ferrari envía una nota personal al Gobernador en donde expresa “…que promulgada la ley que ha creado un nuevo Partido entre los de Ranchos y Ensenada, …creo llegada la oportunidad de que el P.E., en uso de la facultad que le confiere el artículo 2º de la ley, disponga lo conducente para la ubicación del pueblo que ha de servir de cabeza de Partido…”. En la nota sugiere que su propiedad está bien ubicada, sobre terrenos altos próximos a la estación del ferrocarril, donde podrían ubicarse unas 300 manzanas de 100 varas (86 metros) de lado y que estaba dispuesto a donar los terrenos para los edificios y espacios
Pedro J. Ferrari
Fundador de la Ciudad de Brandsen
públicos, de hecho, la reglamentación lo obligaba. El 10 de diciembre el Gobernador autoriza la formación del pueblo previo informe del Departamento de Ingenieros.
De conformidad a lo señalado por el gobierno el 10 de diciembre de 1875, el día 23 el juez de paz Pedro Ferrari remite una nota al gobernador y adjunta el plano de la traza del pueblo elaborado por el agrimensor Julio C. Serna, solicitando se sirva aprobar su nombramiento. En esa carta Ferrari bautiza el proyecto remitido con el nombre de “Pueblo Brandzen”. Recibido en la gobernación el proyecto del Pueblo Brandzen se remite al Departamento de Ingenieros, el que se expide el 28 de enero de 1876 informando que “…era necesario que el interesado acompañe un nuevo plano en que aparezca el arroyo y cañada de Paraguayo Justo…”, accidentes que no se habían señalado admitimos adrede para no denotar la insuficiente calidad del terreno para la fundación de un centro de población, en especial por alturas e hidrografía, origen de las numerosas inundaciones anteriores a las obras de drenaje encaradas por el municipio durante el siglo XX.
Entonces Ferrari, siempre por su cuenta, encomienda al agrimensor Germán Kuhr, gran conocedor de la zona, a rehacer el plano. Para su aprobación definitiva y la fundación del pueblo debían preverse los terrenos destinados a edificios y espacios públicos para luego ser donados al Estado provincial y las correcciones pedidas por el Departamento de Ingenieros.
Este nuevo proyecto contempla sesenta y cuatro manzanas de aproximadamente ciento dieciséis varas de lado, dispuestas en damero con líneas de ocho; dos destinadas a plazas públicas; en la central las calle que las circundan son amplios bulevares; en la manzana sureste de ella un terreno de 50 por 100 metros reservado a escuela y templo, en frente uno de las mismas dimensiones para municipalidad y en la manzana Noroeste otro igual para juzgado de paz y policía, creando así el centro cívico de la futura ciudad. Esta plaza tenía una diagramación de senderos y canteros que se cruzaban en diagonales y círculos, la misma que luce hoy.
Al Norte del diagrama, sobre la calle que llevará el nombre de Sáenz Peña, una fracción de campo de cien metros de lado fue destinado a cementerio. Concluido el trabajo, Kuhr lo remite al Departamento de Ingenieros, ingresando el 17 de febrero.
La presentación de este dilema en el 1° Congreso
de Historia de la Federación de Entidades de Estudios
Históricos de la Provincia
El 17 de mayo el Departamento de Ingenieros eleva el informe al gobernador aconsejando aprobar el plano previo alejamiento del cementerio más al Norte. El 22 de junio de 1876, por resolución del poder ejecutivo provincial es aprobada la traza. Quedaba fundado un nuevo pueblo en el Partido de Brandsen, el pueblo Brandzen, debía ahora ser asiento de las autoridades. Guardaba Ferrari esperanzas en la misma ley de creación del nuevo Partido.
A partir de ese entonces esperaban las ventas de los terrenos que componían el nuevo pueblo.
Conociendo la actividad privada del municipal Alejandro Miroli, entendemos porqué un vecino de San Vicente es miembro de la Comisión Municipal de Brandsen.
Miroli, un especulador en tierras, aunque no era vecino de Brandsen se le propuso ser miembro de la municipalidad, lo cual prohibía la ley, por su actividad como copropietario de la firma inmobiliaria La Terrenal, empresa que en 1873 había fundado el pueblo vecino de Domselaar, creado su escuela y erigido su capilla en 1875. Preocupándose en hacer público la cantidad y calidad de sus invitados, la iglesia fue inaugurada con una gran fiesta el 6 de febrero de 1876, para lo cual se fletó un tren con 250 personalidades, entre los que se encontraban el Obispo, el Gobernador, el Ministro de Cultos y el padrino y la madrina, Luis Sáenz Peña y su señora. Asociada La Terrenal a la firma de subastas Adolfo Bullrich y Cía. una semana después, procedían al segundo remate de lotes y quintas en Domselaar. Alejandro Miroli es una pieza clave en la estructuración del Pueblo Brandzen, conocía el mercado inmobiliario y es de admitirse que él y sus contactos produjeran las ventas de los lotes de Brandzen; las que resultaron un mal negocio a la vista del número de compradores, llevando casi siete años completar.

domingo, 14 de abril de 2019

El Museo Histórico olvidado

Gracias Manuel Enrique Alcuaz
por tu colaboración, apoyo y amistad.

Y si a olvidos nos referimos, entre tantos olvidos deseados o voluntarios de la historia brandsense, nada más injusto que perder el registro de las ideas y las obras de las mujeres y varones que hicieron la patria chica. 
En vista de los documentos, textos históricos, circunstancias y personas que rodean el caso que trataremos, me permito pensar que este olvido esta cercano de ser con ánimo de intención. Pero para solución de ello por suerte está el tiempo y la historia, para poner las cosas en su lugar; el redactor es apenas un mensajero del pasado.
Duela o moleste, y emulando una célebre frase, cuando la historia es una fantasía sin base científica y cuando se pretende levantar un tinglado invulnerable y colocar sobre él una consecuencia, se corre el peligro de que un dato cambie y se venga a abajo toda la armazón histórica.

Escasas personas que se convierten en ocasionales fuentes documentales para mis trabajos, que vengo conociendo desde que comencé a investigar la historia de nuestro partido; fueron referenciando sobre la existencia de un museo histórico allá, cerca del 1930 (y ese era colectivamente el dato aportado). Y de esto tratamos, del primer museo histórico de Brandsen.
El perspicaz investigador no debe descartar ningún dato por infundado. Deberá tomarlo, pero no darlo por cierto hasta la aparición de una segunda fuente que confirme la especie. Hoy, el dato oral halló su confirmación documental. Aquello que pareció ocultarse en el tiempo y fue pasado por alto por eruditos, vio la luz y desde esta pequeña crónica hoy emerge a su difusión para aportar más claridad a la verdadera historia local. Esta es la pequeña historia de lo que sabemos del “Museo histórico regional de Brandsen”, el primer museo de nuestro pueblo y partido:
María del Carmen Madeira de Charriaud era una docente brandseña de las pocas que había entonces en el partido. Su carrera profesional se inició en la escuela N°15 en 1935, ocupando el cargo de directora. En 1942 se hace cargo de la escuela N°6, cargo que ocupa hasta 1956. A su vez en 1944 asume la vicedirección de la escuela N°1, y es en ese lugar donde comienza a imaginarse la formación de un museo histórico para el partido.
La idea toma cuerpo con dos hechos fundamentales; el primero, la formación de una comisión organizadora compuesta por la misma María del Carmen Madeira de Charriaud como presidente, Carmen Molla Petrocelli como secretaria y las señoras Marta Jáuregui Lorda y María Luisa Trasierra. El segundo hecho es que la comisión logra el apoyo de la Dirección General de Escuelas, quien no solo abala la iniciativa, sino que permite la instalación del museo en el edificio de la escuela N°1 y además hace propio el proyecto poniéndolo bajo su órbita institucional.
Se inicia la recolección de materiales y documentos de valor para el museo histórico y pronto se alcanza las 120 piezas.
Instalado en un local de la escuela 1 se planifica su inauguración para el día 9 de julio de 1945, a las 10.30 horas. Recordemos que en ese entonces la escuela N°1 se encontraba sobre el Bulevar Mitre, donde hoy funciona el jardín de infantes N°910, al lado de la iglesia. Se envían las invitaciones al acto. Autoridades locales, personal docente, alumnos de la escuela N°1, y se cursa participación a una delegación de alumnos de la escuela N° 10.
Y llego ese día. El 9 de julio de 1945 a las 10.30 horas comienza el acto de fundación oficial e inauguración del “Museo histórico Regional de Brandsen”. La comisión directiva, autoridades locales, personal docente, alumnos de la escuela N°1, una delegación de alumnos de la escuela N° 10, vecinos y público en general se nuclean en el acto. A la presidente de la comisión organizadora le tocó la responsabilidad de abrir el evento. La docente y primera directora del museo que se estaba abriendo, María del Carmen Madeira destacó en su discurso la importancia de obra social que se había hecho, la que mantendría permanentemente la atención de la población hacia los antecesores que con su esfuerzo abnegado crearon esa realidad. Exaltó la figura del fundador de la ciudad Pedro Ferrari, al que denomino como “…el gran realizador con cuya iniciativa y trabajo se formó el núcleo vigoroso que dio nacimiento al actual pueblo de coronel Brandsen…”. Su disertación cerró con una evocación al Todopoderoso para pedir que la obra que se iniciaba se continúe sin tropiezos y que aumente su acervo día a día y termina agradeciendo a todas las personas que colaboraron y facilitaron las tareas de su organización. Este acto quedó plasmado en un acta que tomó la secretaria de la comisión, señora Carmen Molla Petrocelli y fue firmada por los presentes. El suceso culminó a las 11 y 20 de la mañana.
A la derecha Ferrari 312 a 318. 
En el local central funcionó el Museo Histórico Regional de Brandsen.
Al lado el terreno baldío donde debía construirse el edificio para el museo.


Dos años después el museo se había mudado a la calle Ferrari 320. Este sitio es de suponer (ya que no se pudo determinar hasta el momento fehacientemente) es el edificio que corresponde a la numeración 314 y 318 de la calle Ferrari, hoy son dos locales comerciales. La situación del museo era relativamente buena, solo gracias a la comisión que lo administraba, compuesta por María del Carmen M. de Charriaud, Marta Jáuregui Lorda y María Luisa Trasierra. María del Carmen Madeira dejó para nosotros un documento sobre la situación del museo en ese momento: “De lo que llamaré la odisea de nuestro museo. Viendo que era imposible tener en la escuela piezas (total 120) algunas de mucho valor como las que nos fueron confiadas pues la luz las deterioraba y no habiendo sitio alguno donde ubicarlas, alquilamos una salita, en la calle Ferrari número 320, en pesos 16 mensuales. «No disponiendo de medios algunos recurrimos al entonces Comisionado Municipal, don Clemente Jáuregui Lorda quien nos prometió incluir en el Presupuesto una partida de pesos 10 mensuales quedando los pesos 6 restantes en pagarlos los miembros de la Comisión. Pero estos buenos deseos no se vieron cumplidos; salió el señor Jáuregui Lorda de la Municipalidad, no percibimos un solo centavo. Insistimos con el Comisionado siguiente sin obtener hasta la fecha ayuda alguna. En el Presupuesto preparado para este año el doctor Martínez Castro incluía pesos 15 mensuales para el alquiler, pero quedaron derogados esos presupuestos y con ello nuestra situación seguía sin variantes. El pago del alquiler lo hago puntualmente, es necesario tener a buen recaudo lo que tan celosamente nos fuera confiado. Disponemos de dos vitrinas, nos haría falta otra para documentos, que no pueden apreciarse debidamente por estar amontonados por falta de espacio. Esta es, en rápida síntesis, la situación de nuestro Museo…


ACTA DE FUNDACION
«En Coronel Brandsen, a nueve días del mes de julio de 1945, siendo las 10 horas 30 minutos, ante la presencia de las autoridades locales, del personal docente y alumnos de la Escuela número 1, de una delegación de alumnos de la Escuela número 10 y numeroso público, se da comienzo al acto de inauguración del Museo Histórico Regional. Abre el acto la presidenta de la Comisión organizadora, señora María Del Carmen M. de Charriaud haciendo uso de la palabra. Entre otros conceptos puso en evidencia la señora de Charriaud la importancia de esta obra social que mantendrá permanentemente la atención de la población hacia los antecesores que con su esfuerzo abnegado han creado esta realidad. Sobre todo, exaltó la figura de su fundador don Pedro Ferrari, el gran realizador con cuya iniciativa y trabajo se formó el núcleo vigoroso que dio nacimiento al actual pueblo de coronel Brandsen. Sigue la disertación con una evocación al Todopoderoso para pedir que la obra que hoy se inicia se continúe sin tropiezos y que aumente su acervo día a día. Termina agradeciendo a todas las personas que colaboraron y facilitaron las tareas de su organización. Siendo las 11 horas 20 minutos, se da por terminado el acto».


El exintendente, diputado y en ese entonces senador provincial Manuel Alcuaz (otro de los hombres trascendentes olvidados de la comunidad de Brandsen), se pone a disposición del museo y presenta un proyecto de ley tendiente a obtener del Estado provincial la construcción de un edificio adecuado y propio para el museo. El 30 de mayo de 1947 el proyecto es tratado por el pleno del Senado y se lo destina a las comisiones de Obras Públicas y de Presupuesto y Hacienda. Alcuaz sostiene en su proyecto que tendía esta “…a que los habitantes de coronel Brandsen y en especial los niños de las generaciones presentes y venideras, inicien el conocimiento histórico en contacto con el pasado inmediato que los rodea, sabiendo que el pueblo o ciudad donde nacieron es el resultado de algún esfuerzo ignorado que es necesario conocer, y que el nombre que tiene fue determinado por alguna razón histórica o de otro orden y que el comienzo de la vida de ese pueblo data de tal o cual fecha. La razón de la creación de estos museos regionales es pues lógica y de un alto valor educativo incluso una obra de justicia social. El sentimiento nacional nace en la historia familiar que es el eslabón que nos enlaza con la historia del pueblo en que vivimos. En las visitas que realicen los niños al Museo y en la preparación de material para el mismo, no sólo vivirán la historia de su pueblo relacionada con su geografía, su industria, su comercio, sino que, al inspirarse en las virtudes de antepasados ilustres, sabrán valorar su obra y aprenderán a amar la tierra en que nacieron y a colocarla en el sitio de honor que se merece. Queda con esto explicado el valor histórico y educativo de la obra. Con lo anteriormente explicado creo no es necesario abundar en mayores consideraciones para que se justifique la cooperación de la Provincia para que el Museo Histórico de Coronel Brandsen cuente con su edificio propio. Siendo a no dudar ello motivo de estímulo para que esas esforzadas educacionistas que se han tomado la enorme carga de organizar y dirigir tan importante Institución, lo hagan convencidas de que su esforzado sacrificio será motivo de orgullo para el pueblo de coronel Brandsen…”
El proyecto del senador Alcuaz autorizaba al Poder Ejecutivo a invertir hasta la suma de treinta mil pesos moneda nacional en la construcción de un edificio para el Museo Histórico Regional de Coronel Brandsen, que debería ser emplazado en el terreno de propiedad de la Dirección General de Escuelas, Manzana número 3, con frente a la calle Pedro J. Ferrari, vale decir, el terreno baldío que se encuentra al lado y como parte de la escuela de adultos.
El proyecto al fin es aprobado, pero no se incluye en el presupuesto provincial.
Nada mas sabemos de este museo. Hasta aquí llegamos por ahora, esperando que nuevas investigaciones arrojen luz sobre su destino y el de todo el material que formó parte de él, que seguramente habrá sido más que muy importante para quienes queremos saber cómo fue el verdadero pasado de nuestro pueblo y partido. Para eso deben existir la historia y los museos, para que nos recuerde cómo vinimos y por qué. Para empezar desde el principio y construir una nueva vida con lo que aprendimos y trajimos de la anterior.
Justo es que, en consideración para la tarea que llevó a la fundación de este primer museo, algún despierto concejal tome el nombre de quien fuera la organizadora y directora del Museo Histórico Regional de Brandsen y en reconocimiento por su tarea colabore a imponer su nombre al museo municipal o se tenga presente al menos para rendir algún su homenaje. Para esto es mejor utilizar el nombre de María del Carmen Madeira que el de un árbol o de Ignacio Corsini.