XIX,
no pudieron imaginar que esta fuerza fuera capaz de transformar la idea de
progreso concebida hasta entonces. Nada después del empleo de la energía
eléctrica fue igual para la historia. Nada después de la electricidad podría
pensarse sin ella. Pocos acontecimientos del siglo XIX y XX no han tenido vinculación
o relación con esta fuente de vanguardia.
Como
en el mundo, en Brandsen su presencia transformó paulatinamente la vida de la
sociedad, adaptándola a nuevas costumbres y formas productivas; proceso que se
aceleró cuando ingresó a los hogares haciéndose su uso masivo y popular.
Resulta innegable la gravitación que tuvo la electricidad para la prosperidad
de los pueblos del partido como núcleos humanos.
Por
fortuna durante los años de fundación de las redes no fue alto el precio que en
nuestros poblados se debió pagar por poseerla. Y si bien los actos y procederes
de quienes debieron garantizar la buena instalación y funcionamiento del
servicio público de electricidad parecen haber sido ordenados por la buena fe,
en los primeros tiempos no gozaron privadamente todos de ella. El uso de la
electricidad va a pasar de estar solo en manos del telégrafo y el teléfono, a
generalizarse con la iluminación de las calles. Este es el mayor logro de la
administración municipal de entonces, iniciar la electrificación domiciliaria en
nuestro partido a partir del cambio de sistema del alumbrado público. Veremos
cómo.
A
fines de 1918 el intendente José López Seco envía al Concejo Deliberante un
proyecto de ordenanza por el cual solicitaba se autorice iniciar los estudios a
fin de considerar el cambio de la iluminación de las calles por el sistema
eléctrico, una necesidad que Brandsen debía haber satisfecho muchos años antes
y no se proveía por el ritmo cansino de desarrollo adquirido por el poblado,
comparativamente tardío, provocado muchas veces por la desidia de sus gobiernos.
Tratado
el tema por el Concejo el día 16 de enero de 1919 se resuelve enviarlo para
estudiarlo a su Comisión de Peticiones y Obras Públicas. En la sesión del día
30 la comisión presenta el dictamen modificando el proyecto original,
haciéndolo más participativo, sancionando una ordenanza que autoriza al
intendente para que convoque a los vecinos contribuyentes a una reunión para
cambiar ideas sobre la conveniencia de reemplazar el alumbrado de entonces por
el eléctrico, como también reunir los datos y presupuestos necesarios para que
una vez que se obtengan lo necesario sobre precios y condiciones más convenientes
para el servicio del alumbrado público a luz eléctrica, informar al Concejo a
fin de que se sancionen las ordenanzas sobre licitación, pliego de condiciones
y demás disposiciones relativas a la celebración de un contrato o a la compra
de materiales e instalación de la usina generadora de electricidad necesaria.
Todo ese año fue utilizado para hacer las consultas y averiguaciones
pertinentes abriendo el camino para que en 1920 se comience a concretar, ya no
tan solo la iluminación por electricidad de las calles, sino también la
instalación de la red domiciliaria de electricidad.
Esta
posibilidad surge gracias a un grupo de adinerados vecinos que, conociendo las
intenciones de los municipales, se reúnen en 1919 para constituir una empresa
de electricidad a la que denominan “Usina eléctrica de Coronel
Brandsen sociedad anónima”, logrando reunir un capital era de 80.000 pesos,
que fueron divididos en 1600 acciones de 50 pesos cada una.
De
los fundadores de esta empresa poco se sabe hasta el momento, solo tres se
conocen, Pedro Hasperué, Guillermo Zuccarino y Enrique Celestino Oss. Pedro
Hasperué, fue designado presidente del directorio de la compañía de
electricidad. Era entonces dueño de un almacén de ramos generales en la esquina
de Mitre y Las Heras, edificio de la esquina que construyó y donde hoy se
encuentra la heladería, había construido su vivienda en la esquina de Mitre y Sáenz
Peña, donde desde hace años se encuentra bajo diversas denominaciones un bar. A
Guillermo Zuccarino se lo designó como secretario del directorio de la sociedad
de electricidad. Era uno de los principales carniceros de entonces, su local se
ubicaba en la calle Matheu (hoy Pedro José Ferrari). No conocemos si Enrique
Celestino Oss desempeñó cargo en la empresa. Si sabemos que tenía una fortuna
en campos que dedicaba a la actividad pecuaria; construyó su vivienda frente a
la plaza principal, el edificio donde hoy se encuentra la panadería San Martín.
A Pedro Hasperué y Guillermo Zuccarino por sus cargos dentro de la empresa Usina
eléctrica de Coronel Brandsen, les correspondió la representación.
Constituida la sociedad anónima se presentaron ante la intendencia con el deseo
de asumir la concesión para la provisión de alumbrado eléctrico a la población.
Tratado
el tema con el intendente se organizó la redacción del precontrato y pliegos de
condiciones y es a partir de entonces que la Sociedad anónima Usina
eléctrica de Coronel Brandsen pasa a ser, ya no solo la empresa prestataria
de la iluminación de las calles, sino también la de servicio público de
electricidad a todo el pueblo.
Concluida
la redacción de los documentos, el intendente los envía al Concejo Deliberante para
su tratamiento
a principios de 1920. El Concejo, a fin de estudiar detenidamente los papeles
resuelve entonces
formar una comisión especial para que trate este asunto, designando a los
concejales Juan Bautista Chabagno y Lorenzo Iriarte por el radicalismo y al
conservador Emilio Díaz Arano. Concluida la tarea de la comisión se convoca a
una sesión extraordinaria para el día 20 de marzo de 1920, solo para considerar
este asunto. A Díaz Arano se le confió la calidad de miembro informante,
presentando la opinión de la Comisión Especial. Sus miembros habían estudiado
la propuesta remitida por el intendente y la compararon con contratos y pliegos
de condiciones facilitados por las intendencias de Magdalena y Castelli,
arribando a la conclusión que sin abrir juicio definitivo sobre la propuesta
estudiada, consideraba de suma utilidad la sustitución del actual sistema de
alumbrado por el eléctrico por las indiscutibles ventajas que él representaría
para el adelanto y comodidad del vecindario, lo que justificaría el mayor gasto
que por ese concepto pudiera tener en adelante la Municipalidad, entendiendo
además que había llegado la oportunidad de recordar al intendente la
conveniencia de llamar a licitación para la provisión de alumbrado
eléctrico para el servicio público del pueblo. De esta manera se infiere que el
proyecto enviado por el intendente era el trámite correspondiente a la
presentación hecha por la empresa Usina eléctrica de Coronel Brandsen,
mientras que desde el Concejo Deliberante se proponía el mecanismo legal para cualquier
prestación de servicio al Estado, el proceso licitatorio, sin tener en cuenta
la presentación hecha por la empresa brandsense.
Usina de Arrecifes, similar a la que comenzó a funcionar en Brandsen hace 100 años |
Luego de una extensa sesión, donde fueron explicados los alcances y leídas las condiciones que se establecerían para una futura licitación, el Concejo aprobó por unanimidad las bases que el intendente tomaría para llamar a la licitación, que ahora estaba políticamente obligado a convocar, aunque en apariencia nunca se lo planteó como una contratación directa.
Todas
las propuestas deberían dirigirse al intendente y presentarse en el día y hora
que establezca, en el papel sellado correspondiente y de acuerdo con la ley
respectiva, adjuntándose un certificado que acredite haberse depositado en la
sucursal local del Banco de la Nación y a la orden del Sr. Intendente la
cantidad de 5000 pesos sin cuyo requisito no serían tomadas en cuenta las
propuestas. El depósito se devolvería dentro de los tres días de haberse
rechazado las propuestas y al que se le aceptó una vez que la usina y demás
obras estuviesen en perfecto funcionamiento, a juicio de los técnicos
municipales. El proponente aceptado firmaría el contrato dentro de los 30 días
de habérsele comunicado la aceptación.
Pero
el Concejo, en su exhaustivo interés formal en los detalles técnicos del
pliego, olvidó el inició del trámite para el llamado a licitación, declarar la
“utilidad pública” de la obra. El intendente entonces envía al Concejo
la nota respectiva advirtiendo el olvido, solicitando que se establezca el
cambio de alumbrado público en el pueblo al objeto de poder dar cumplimiento al
pliego de condiciones sancionado. El concejal Iriarte presenta el proyecto
respectivo, que el Concejo sanciona el 30 de abril de 1920. Por el mismo se
declaró de utilidad pública la provisión de alumbrado público eléctrico en el
pueblo autorizando y facultado al intendente a establecerlo en sustitución del
existente entonces, a sacar a licitación el servicio de alumbrado público
eléctrico por el termino de veinte años, sujetándose a lo aprobado el 20 de
marzo, a confeccionar el plano de ubicación de las lámparas, y a celebrar y
firmar los contratos ad-referéndum del Concejo en cumplimiento de las
ordenanzas respectivas. A partir de entonces se abrió el proceso licitatorio,
del cual no conocemos detalles, solo que la empresa que resultó adjudicataria
fue la presentada al inicio de las gestiones, la “Sociedad anónima Usina
Eléctrica de Coronel Brandsen”. Así se inició la elaboración de los
planos y la redacción del contrato.
El
25 de agosto, Domingo Alcuaz como intendente; Pedro Hasperué como presidente y
Guillermo Zuccarino
como secretario del directorio de la empresa Usina de Coronel Brandsen,
suscriben el contrato ad-referéndum del Concejo, para proveer de electricidad
al pueblo cabecera del partido de Brandsen.
Desde
ese momento el contratista iniciaría los trabajos dentro de los tres meses
posteriores debiendo librar al servicio público la usina a los 6 meses. Si
existía incumplimiento por parte de la empresa la municipalidad podía hacer
rescindir el contrato. La concesión duraría 20 años consecutivos con exclusividad
desde el día en que se libre el servicio. La empresa estaba exonerada de todo
impuesto municipal durante el término de la concesión y obligada a dar servicio
eléctrico a la municipalidad para sus oficinas con un descuento del 50% sobre
la tarifa que se aprobaba para el alumbrado particular. Para la iluminación del
edificio en festividades especiales regiría las mismas condiciones. Después de
dos meses de funcionamiento se las recibiría oficial y definitivamente,
obligándose a mantener en perfectas condiciones de funcionamiento y seguridad a
la red instalada.
El
15 de septiembre el contrato es considerado en sesión extraordinaria convocada
solo para tratar el tema, aprobándose en todas sus partes por unanimidad y
autorizando a construir el edificio para la Usina en el terreno que ofrecía la
empresa, situado en la manzana 5 del pueblo, Boulevard San Martín en la esquina
con Ituzaingó, considerando que allí los ruidos no serían molestos, seguramente
por la escases de edificaciones en ese sector del pueblo.
Inmediato
comenzó la construcción de las dependencias y del galpón que iba a albergar dos
motores a gas pobre de 120 caballos de fuerza que hacían mover cada uno una
dinamo de corriente continua que debían entregar 220 volt. Las estructuras algo
modificadas aún existen administradas hoy por Edelap. Conjuntamente se inició
el tendido de cables sobre ménsulas aseguradas en los edificios donde los
había, sino eran sostenidos por postes a 35 metros mínimos de distancia. Los
faroles de la luz de calle se colocaron sobre postes de seis metros de altura
en el centro de 14 bocacalles, sobre columnas que la municipalidad prestó. El
servicio de alumbrado público se inició con 45 lámparas totales ubicadas en las
calles.
Ya
que el contrato autorizaba el suministro de corriente a particulares, seguido
se inició dar cumplimiento a los pedidos de conexiones domiciliarias. El
derecho de medidor se estableció en 5 pesos con un mínimo de 3 lámparas
instaladas.
Para
febrero de 1921 las obras debieron de estar concluidas por lo que el servicio
pudo haber entrado en condiciones de ser operativo y en prestación en marzo.
El
alumbrado público funcionaba entonces desde la puesta del sol en otoño-invierno
y media hora más tarde en primavera-verano hasta la una de la madrugada y en
festividades hasta la hora que la municipalidad lo estableciera. Para los
particulares la electricidad era suministrada desde la puesta del sol hasta una
hora antes de la salida.
En
1928 la Compañía Argentina de Electricidad, dependiente de la Compañía Anglo
Argentina de Electricidad, propuso a los directivos la compra de la empresa
Usina eléctrica de Coronel Brandsen, ya en 1929 la empresa brandseña estaba en
liquidación. La venta se realizó en abril de 1930 junto a la cesión por el
servicio en Brandsen.
El
31 de mayo de 1930 la Compañía Argentina de Electricidad se dirige al
intendente Alcuaz poniendo en su conocimiento que por escritura N° 89 se había
transferido la Usina incluido el contrato de concesión. En la sesión del 6 de
septiembre de 1930, el Concejo aprueba la transferencia.
Interesante. El hijo de Celestino OSS, fue socio de Boca y me topé con su solicitud en 1932.
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